Como estoy inmiscuída en un proceso de selección y me estoy documentando sobre qué hacer y decir, y lo contrario en una entrevista de trabajo, aquí os dejo cositas interesantes que me he ido encontrando.
El siguiente artículo está elaborado por el profesor
Luis Angel Gil Gambarte, y está basado en documentación recopilada y resumida de diversas experiencias en pruebas de selección
.
Lo que se debe hacer y lo que no se debe hacer en una entrevista de trabajo
(El siguiente documento está redactado en género masculino y por supuesto es válido para las mujeres)
Las
consignas aportadas a continuación son deducciones vivas de la
experiencia acumulada sobre muchísimas selecciones. Es interesante
leerlas con atención 24 horas antes de acometer una prueba de selección
de personal. Sin duda la afrontaremos con más fuerza moral y sabiduría
al respecto.
1.-
Acude a la cita 5 minutos antes: es el tiempo suficiente para aclarar
las ideas y calmar los nervios. No es conveniente llegar con mucho
tiempo de antelación para no dar la sensación de ansiedad y para evitar
la dificultad de tener que llenar un tiempo que puede desatar nuestros
nervios.
2.-
Nunca y bajo ningún pretexto llegues tarde. La excusa de lo mal que está
el tráfico o se averió el coche está muy desprestigiada y gastada. Es
la misma excusa de que por culpa del correo, no llegó una carta que…
nunca se echó.
3.-
Mientras esperas ser recibido, no trates de ganar la simpatía del
recepcionista, de la secretaria o cualquiera que nos reciba. Mucho menos
hacerles preguntas indiscretas. No sería la primera vez que esa
persona, minutos más tarde nos sorprende con ser nuestro entrevistador…
4.-
Si tardas en ser recibido no te impacientes, puede tratarse bien de una
táctica o bien de una descortesía; sea como fuere, no te impacientes ni
pierdas el autocontrol.
5.-
Una buena técnica que da buenos resultados antes de entrar en el
despacho del entrevistador es respirar profundamente. Coger aire y…
adentro. Pensar también que se
va a una entrevista de negocios y que vamos a vender un magnífico
producto que al entrevistador le interesa: nosotros mismos.
6.-
Estrechemos la mano con firmeza. Ni blandengue, ni rompe manos. No te
adelantes a dar la mano pues corresponde al entrevistador tender primero
su mano.
7.-
Vete correctamente vestido y acorde con el perfil del puesto al que se
opta. Para un puesto de comercial, por ejemplo, traje oscuro y camisa y
corbata discretas así como zapatos negros o marrones. Para las mujeres traje de falda o pantalón y camisa.
8.-
Si se opta a un puesto en el que se barajan cifras por encima de los
30.000 €, extrema precauciones en cuanto a apariencia externa. No
bastará un reloj, una cartera o un bolígrafo cualquiera. Deberían ser de
marca, de piel o bien de oro respectivamente. Si no los tenemos se los
podríamos pedir prestados a un familiar o conocido. Debemos dar la
imagen de estar a tono y a nivel con ese ritmo de vida que nos espera y
que no nos resulta novedoso ni grande ese puesto y salario barajados.
9.-
No fumes durante la entrevista. Si el hecho de no fumar te pone nervioso
pide autorización al entrevistador y nunca le ofrezcas un cigarrillo.
10.-
Procura colocarte a una distancia prudencial de la mesa. La suficiente
para no caer en la tentación de apoyar los brazos en la misma.
11.-
Recuerda que nuestra entrevista es de negocios y que no vamos a
mendigar nada sino a vender un producto que nos tienen que comprar.
12.- Durante la entrevista luce la mejor de las sonrisas, tanto cuando hables como cuando escuches.
13.- No tengas prisa por hablar mucho sino de hablar bien.
14.- Si el entrevistador habla y habla sin parar, no le interrumpas.
15.-
Desconfía del ambiente relajado y familiar. Puede ser una trampa.
Permanece atento y no bajes la guardia porque llevado por un ambiente
relajado podrías decir cosas de las que luego te arrepentirías.
16.-
No hay preguntas inocentes, sencillas o difíciles sino preguntas
destinadas a saber sobre ti, a descubrir como eres cuál es tu
personalidad y que aptitudes tienes para el puesto de trabajo.
17.- Sométete a todas las pruebas que el entrevistador te plantee, aunque parezcan imposibles o bien demasiado infantiles.
18.- No trates de ganarte al entrevistador con adulaciones ni recurriendo a tus sentimientos.
19.-
No intentes vencer la batalla dialéctica aunque el entrevistador te
haya llevado a ella con una serie de provocaciones de cualquier tipo.
Nos interesa ganar esta guerra, no esta batalla. La ganaremos con
inteligencia y buen sentido.
20.-
El entrevistador no es nuestro consejero, por lo tanto no contemos
nuestras intimidades ni nuestros pequeños o grandes secretos.
21.- No basta nuestra palabra para acreditar algo. Si afirmamos algo debemos probarlo.
22.- No muestres el nerviosismo con movimientos de manos o pies. Cogerse los dedos, quitarse las pieles de los dedos…
23.-
A la vez que hablamos tratemos de hacer gestos con moderación e
inclínate un poco hacia delante para dar más fuerza y apoyo a lo que
decimos.
24.-
No utilices expresiones del tipo: “¿Me comprende usted?”, “¿Sabe lo que
le quiero decir?”, “¿Me entiende?”, o menos todavía la de “¿No ha
comprendido usted lo que le quiero decir?”, ya que son una forma clara
de calificar al entrevistador como de débil o como de tonto.
25.- Es frecuente que al final de la entrevista el entrevistador
te invite a decir lo que quieras: aumenta en ese momento el autocontrol
para no abandonarse a las confidencias. Recuerda que la entrevista no
termina hasta que no nos hemos despedido del entrevistador y se ha
salido por la puerta, por lo tanto, no digas en esos momentos que aún
siendo entrevista no lo parecen, nada que no hubiéramos dicho en un
momento anterior.
26.- No te muestres monótono y pesado en la conversación, ni pretendas apurar un tema como para convertirlo en un disco rayado.
27.-
Si el entrevistador calla de repente y permanece en silencio unos
instantes, que a nosotros nos pueden parecer una eternidad, no te
impacientes y permanece tranquilo. El entrevistador está probando tu
capacidad de autocontrol y tu capacidad de reacción ante situaciones
difíciles e imprevistas. Incluso he conocido casos en los que el
entrevistador o alguien presente en la entrevista, podría simular un
dolor de algo…
28.-
No exageres nunca y habla siempre con realismo. Si exageras tienes el
peligro de que el entrevistador no crea lo que estás diciendo.
29.-
Evita los temas de afiliación política, religiosa o cualquier otro que
pueda prestarse a una polémica o sencillamente a que seas eliminado
porque el entrevistador ha recibido muy concretas instrucciones al
respecto. No es frecuente, pero puede suceder.
30.-
Al andar no des la impresión de ser un despreocupado, un perdonavidas o
una persona inactiva. Anda con agilidad, muéstrate activo.
31.-
No trates de ajustarte el nudo de la corbata una y otra vez ni jugar
con el anillo. Tampoco sacudir la cabeza para atrás para ajustar ese
inexistente mechón. En resumen, procura no hacer ninguno de esos gestos
catalogados como tics que ya conocemos. Solo conseguiremos dos cosas:
poner nervioso al entrevistador y dar una mala imagen de nosotros
mismos.
32.-
Procura sentarte cómodo en el sillón o silla, pero sin hundirte en el
asiento como si quisieras desaparecer, ni incorporarte hacia delante
constantemente dando la idea de querer marcharte.
33.-
Compórtate exteriormente como una persona capaz de dominar los nervios.
El entrevistador no es un adivino, por tanto tu grado de nerviosismo
interno solo lo sabes tú.
34.-
Habla siempre bien de la empresa en la que trabajas o has trabajado,
jefes y compañeros. Aunque existan rencores no los manifiestes. No es el
momento de criticar ni hablar mal de nadie.
35.-
No te muestres pesimista ni te lamentes de tu mala suerte, de lo mal
que está la sociedad y el mundo. Las empresas no desean contratar
llorones ni pesimistas.
26.-
No debes comportarte como si fueras una víctima de la sociedad o un
incomprendido. Sobre todo si los que no le comprenden son sus más
allegados. La conclusión del entrevistador será: “Si esas personas que
le conocen tan de cerca no creen en Vd. ¿Qué razones tengo yo para
creer?
38.-
No trates de disimular sus años, pues además de ser inútil es
contraproducente. Tu experiencia no debe ser un complejo de inferioridad
sino tu gran capital del que debes sacar el máximo provecho.
39.-
Si nunca has trabajado también posees un gran capital: Tu juventud, tu
vitalidad, tu afán de trabajo y tu superación, tu capacidad para
asimilar con rapidez y facilidad. Saca pues el máximo interés a ese
capital. Eres además un terreno sin abonar aportando maleabilidad. No
tienes hábitos sembrados que podrían ser difíciles de modificar.
40.- Demuestra al entrevistador que tienes aptitudes y motivación al puesto de trabajo.
41.-
Documéntate sobre la empresa antes de afrontar la entrevista. Visita su
página web si existe. Entérate de cuales son sus objetivos, mercado
potencial, productos que comercializan. Es frecuente que el
entrevistador te pregunte ¿Qué conoce de nuestra compañía? Responde con
datos resumidos y concretos, no sueltes “de carrerilla” todo el contenido de dicha web.
42.-
Bajo ningún concepto debes apoyarte en el entrevistador para conseguir
el trabajo. Tu mejor apoyo es el equilibrio emocional.
43.-
No te desconciertes si el entrevistador repite de forma sistemática una
forma interrogativa o repite la última frase de lo que tú acabas de
decir. Es una de las técnicas utilizadas para ponerte nervioso.
44.-
Si el entrevistador aprueba lo que tú dices interprétalo como lo que
es. Una técnica para que te relajes y hables sin freno. Por tanto
agradécele su cortesía y continúa exponiendo lo que quieres decir sin
darle más importancia esos halagos.
45.-
Cuando el entrevistador te ruegue que en 3 o 5 minutos resumas todo lo
que estás diciendo, no debes acelerarte ya que se trata de una técnica de exploración.
46.-
Cuando hables céntrate en lo esencial del tema, dejando de lado
detalles innecesarios; habla también de forma clara y no pretendas
impresionar con un lenguaje rebuscado.
47.- Persuade al entrevistador de que el producto que se quiere vender el mejor, pero sin caer en la insolencia.
48.-
El entrevistador solo conoce de ti lo que le has puesto en el
Curriculum Vitae, por tanto, si todavía puedes aportar más datos
favorables, comunícaselos. No des nada por sabido, pues el
entrevistados, en principio, solo sabrá de ti lo que tú le digas.
49.-
Si el entrevistador te pregunta sobre cuáles son tus objetivos
económicos, o más concretamente cuánto quieres ganar, será interesante
haberte documentado preguntado a personas conocidas que tengan
referencias de ese sector en que baremo se mueven los salarios de ese
puesto o uno similar. Al final, de no tener dicha información,
responderemos que lo que indique el convenio respecto a este puesto de
trabajo esperando poder demostrar en un futuro breve nuestra valía y
resultados.
50.-
Es peligroso, y con frecuencia descalificador, interesarse en la
primera entrevista y al principio de la misma por lo que se va a ganar
como si realmente fuera lo único que pudiera interesarte. Al
entrevistador le consta que nadie trabaja por amor al arte y él el
primero, pero no te conviene dar la sensación de avaricioso ni de
interesarte el dinero por encima de todo.
51.-
Si aspiras a un puesto de trabajo de sueldo elevado, no preguntes a
cuánto te van a pagar las horas extra o inicialmente cuántos días de
vacaciones vas a tener ni si tendrás que “meter” alguna hora más al día
fuera de tu jornada laboral normal.
52.-
Si se te pregunta por algún dato, que omitiste explícitamente en el
currículum, por ser considerado aún hoy en día como no positivo tal como
en el caso de las mujeres jóvenes el número de hijos o el estado civil,
responde con naturalidad que eso no supone ningún inconveniente, más
aún, un punto de responsabilidad que hace que sea mayor si cabe la
motivación hacia este trabajo.
53.-
Si consideras que todas estas equivocaciones leídas hasta ahora y las
que leerás posteriormente, sólo las cometen personas de poca cultura o
aspirantes a puestos de poca importancia, estás equivocado, Hay
ejecutivos, grandes ejecutivos, que cometen estos errores con más
frecuencia de lo que sería de desear.
54.-
No digas que eres contrario al lema japonés: Una empresa para toda la
vida. Casi con seguridad, el entrevistador opinará lo mismo que tú pero a
pesar de ello, a tí te costará el puesto de trabajo. Y es que hay cosas
que se pueden pensar y solo se pueden decir cuando se está
completamente seguro de que no irán contra los propios intereses. Un
poco de estrategia en este punto es muy recomendable. Ésta es una de las
cosas que en una entrevista de trabajo no se debe decir.
55.-
Pese a la recomendación de haberte informado sobre la empresa y solo
respondiendo a preguntas formuladas al respecto, no trates de
impresionar al entrevistador de que estás al día de todo lo que sucede y
ha sucedido en la empresa que ofrece el puesto de trabajo. Quedarías
eliminado por saber demasiado.
56.-
Debes tener especial cuidado en no contradecirte cuando emitas juicios
sobre el mismo tema. Por ejemplo, no digas que si fueras jefe de ventas
preferirías crear un equipo de vendedores y en cambio niegues esta
posibilidad a un jefe de ventas si tú fueras su inmediato superior. Mal
está la contradicción, pero todavía más si insistieras en avalar con
razones, alguna de las afirmaciones. Otro caso sería si afirmas que eres
bien considerado por tus superiores en todos los sentidos, pero cuando
el entrevistador te pregunta si estás bien pagado, le dices que no, que
incluso menos que otros trabajadores de tu mismo nivel.
57.-
La importancia de la entrevista es tal que de sus resultados no solo
depende que el candidato pase a posibles pruebas posteriores sino de la
concesión o no del puesto de trabajo. Por lo tanto, trata de vender tu
imagen por todos los medios, de persuadir y convencer con tu
comportamiento y con tus razones de que eres sin duda, el candidato ideal.
Recuerda que estás para tratar de negocios y no para mendigar. Debes
comportarte con seguridad, pues tú respondes de la bondad del producto.
58.- El primer impacto para el entrevistador es el visual. Desde que entramos a
la sala de entrevista estamos siendo analizados. De momento, la única
imagen que tiene de nosotros es la limpieza y el orden de nuestra carta
de presentación y Currículum Vitae, así como la posible fotografía
adjuntada a dicho documento.
59.-
Es frecuente que la entrevista se concluya preguntando por parte del
entrevistador: “Hágame tres preguntas:”. Deberemos, con naturalidad,
fijar con sinceridad aquellos puntos que no nos hayan quedado claros a
lo largo de la entrevista, así como de lo a gusto que nos hemos
encontrado en el transcurso de la misma.
60.-
No hay que engañarse. No es posible ni aconsejable prepararse para
responder, una serie de respuestas como se prepararía un examen
ordinario… Eso en el caso de que se tuviera acceso al cuestionario que
le van a plantear a uno (material por cierto, que solo manejan
generalmente personas autorizadas).
Consejo:
Tengamos presentes las pautas expuestas para afrontar la entrevista y
abordar francamente este tipo de pruebas respondiendo espontánea y
sinceramente, sin pensarlo demasiado, a cada una de las preguntas. ¡Suerte!
Más información en